sábado, 15 de octubre de 2011

Primera entrada...

Alguna que otra experiencia al volante pasó ya, y por fin me decido a expresarme aquí, aunque no va a leerlo ni mi madre.


Es raro el día que no vea a algún imbécil (acostumbraros, no me voy a cortar) haciendo pues eso, el imbécil, al volante.


Me jacto, y creo que con poca humildad por desgracia, de ser de los pocos que conducen de manual. Oiga, ¡si no suelo pasar de velocidad! (si, si, amigo, lees bien)
Uno de los coches que suelo llevar tiene la gran baza del regulador: lo pongo a 100 en la autovía y tan cómodo, oye.
El caso es que o me adelantan a velocidades de órdago, o se quedan a tomar vientos de mi, lo que me da que pensar en la siguiente primera gran verdad:
En España, la velocidad que ponen en las señales es interpretada como la velocidad a la que NO hay que ir.
Soy de los pocos...espera, ¡el único que va en la autovía a la velocidad que pone! O a 70 o a 150, el caso es que ni Dios va a la puñetera velocidad que pone en ese circulito rojo.


Normal que esté triste, si nadie la hace caso...
Otra norma especifica que siempre hay alguien que te tiene que adelantar. Aunque estés a diez kilómetros de él y vayas a 200, aunque lleves un Veyron y él lleve un Panda, el de atrás te va a adelantar, y si el tío tiene que romper la barrera del sonido, el tío la rompe.
Conocidos por tener motores a reacción, y un conductor que deja a Senna como un piloto de karts.


O como esos que van a lentitos, y tú tienes la ocurrencia de adelantarles. Pobre de ti, compañero, estás sentenciado, porque en el momento en el que hayas finalizado el adelantamiento, el conductor libera su bestia interna y te adelanta en unas pocas milésimas, se pone delante de ti y....vuelve a ir lento de nuevo.


Vivo en la sierra norte de Madrid (donde no se conduce: se compite)
Habitualmente, en una de las autovías por las que suelo ir, hay un límite de 100, que vale, yo pondría 110, pero 100 está bien al fin y al cabo.
Y en la parte más recta, te clavan un 80. Ole.


Y más adelante, a 60 por hora. ¿Resultado si vas a esa velocidad? Te duermes, eso es lo que pasa. Veréis que no soy mucho de pie pesado, prefiero la conducción más tranquilita, que no lenta, tranquila, no soporto a esos señores del Mercedes color crema que van a 40, o a esas chicas (generalizo, no soy machista, las suelo ver féminas) que van lento porque les da miedo conducir. Coño, si te da miedo conducir, te cojes un bus.




Otro tramo por el que suelo ir tiene límite de 90, que respeto aunque subiría a 100, la carretera no es para nada sinuosa y aunque hay una señal de curva peligrosa, las he visto mucho peores sin señalizar, está muy abierta.


Y esos conductores-piloto, que más que el B deben pensar que tienen la Superlicencia, van por ahí a 140 sin miramientos. Reconozco (mamá, no leas esto) que una vez fui a 150 km/h. No había nadie, y quise ver a cuánto podía ir. Aunque ir a 150 con un Citroën Saxo del 96, 57 CV, no sé si es delito o mérito, jajaja.
Exceptuando esa tontería que hice, cosas de jovenzuelos, ya sabéis, voy con la gloriosa segunda verdad:
Voy rápido porque tengo prisa...Pues sal antes de casa, coño.


Y en poblado, no conducen tan mal como fuera...exceptuando claro está esas zonas de circulación giratoria, conocidas habitualmente como rotondas (o redondas, según mi abuelo). Pero de eso hablaré en otro post.

No hay comentarios:

Publicar un comentario