domingo, 16 de octubre de 2011

A ciclistas

A ciclistas:
No eres un coche, a ver si te enteras. No vayas por la mitad de la carretera, que montas unas colas de la hostia.
En la carretera por la que suelo ir yo,  la mayor parte del tiempo está prohibido adelantar. ¿Qué es lo que ocurre cuando un ciclista -que los hay a patadas por ahí- se pone con su bici y sus mallas ajustadas por todo el medio? Que monta unas retenciones de aquí te espero, literalmente. Hasta que se le pita, claro. Y luego el tío se queja, que es que hay que ver cuánto imbécil hay en la carretera.


Y no es que no haya arcén, hay, y vale que no llega al metro y medio, pero tampoco mide diez malditos centímetros, una bici puede ir por ahí. Y decir que si no llega a metro y medio, tampoco le falta mucho.
Pues oye, que no les entra en la cabeza esa que llevan enfundada en un casco que ríete tu de Alien.



Señor ciclista, vaya por el arcén, o por los carriles verdes que tanto pidió, tenga en cuenta de que en caso de accidente, usted siempre saldrá peor parado. El coche ni lo notará, y tú te matas. No lo digo por mí, a mi que hagas piernas me parece perfecto, que lo sepas.
He visto, que sepáis, a ciclistas ir por en medio de la calle, paralelos al carril bici por el que deberían ir. Gustan de tocar los cojones.
Y por cierto, señor ciclista, usted también tiene señales de ceda el paso. 




Señor conductor, paciencia con ellos. Sé que tocan la bolsa escrotal, pero entiende tú también que no pueden ir a cien por hora. -Pues que se compren una estática. -Mire usted, les gusta mirar el paisaje. Conducir dentro de casa también sería una mierda. 
Y recordarte que sólo puedes pasarle dejando metro y medio de separación, y poniendo intermitentes primero izquierdo para señalizar adelantamiento, y luego derecho para señalizar retorno. Oh, espera, que los intermitentes no nos gustan, es cierto. 


Si ciclistas y conductores fuesen educados y respetuosos con las normas, no habría problema. Peeeero...
Y aquí debo echarme la bronca: Les tengo manía y generalizo con ellos, lo admito, detesto ese ego de creerse los reyes de la carretera. Sé que no todos son así, y que hay más de uno que va como debería, pero cómo desquicia cuando no lo hace.

No hay comentarios:

Publicar un comentario